jueves, 22 de octubre de 2009

Expofoto y conferencia


Juárez, Ciudad Amurallada

El 11 de diciembre de 2008 la nota más destacada en los diarios de Ciudad Juárez era: “Más de 36 horas sin ejecuciones”, mientras en interiores, los periódicos locales daban cuenta el alboroto ciudadano por el Desfile Coca Cola Navideño. A casi un año de distancia, los portales informativos cabecean “Localizan al primer ejecutado del día”. Y las calles están desiertas.

Muerte, levantones, sicariato, desaparecidas y pobreza extrema en la ciudad fronteriza forman parte de la cotidianidad a la que sus habitantes se niegan a acostumbrarse.

Basta ver los rostros de horror e indignación de mujeres, niños y hombres, de movilizaciones ciudadanas contra el abandono institucional y la ocupación policiaco-militar, todo ello reflejado en el material fotográfico de J. Guadalupe Pérez.

La violencia asentada en “Juaritos” desde que captó la atención nacional e internacional por los asesinatos de cientos de mujeres y los decesos de otros tantos mexicanos en busca del mentado “sueño americano”, se ha visto como nunca agudizada por la “guerra contra el narcotráfico” emprendida por el gobierno de Felipe Calderón y que cobra cada día un promedio de diez vidas.

Con excepción de esas 36 horas sin cadáveres en las calles y en desierto, el registro es implacable: 3 511 desde que inició la “guerra”, 337 sólo en septiembre de 2009.

Copados por militares en su tierra y por la Border Patrol del otro lado del Río Bravo, los vecinos de Ciudad Juárez lidian también con la pobreza y el desempleo, ante el cierre masivo de maquiladoras, la única fuente de empleo en medio del desierto.

Niños y adolescentes a la deriva, sin alternativas más que sumarse a las filas interminables del narcotráfico y el sicariato.

Mientras defensores de derechos humanos y periodistas son asesinados u obligados al exilio –20 en lo que va de 2009-- en esta embestida sin control, los juarenses viven --¿sobreviven?--, en el fuego cruzado, en la incertidumbre de llegar a casa completos.

Sólo la fe en un milagro, el de volver a ver a una mujer desaparecida por ejemplo, sostiene a los juarenses, envueltos, sellados y marcados por el miedo.

En 16 imágenes J. Guadalupe Pérez, sobreviviente él mismo de ese otro mundo que es Ciudad Juárez, da su testimonio sin retoques de lo que significa permanecer en esa Ciudad Amurallada.

Gloria Leticia Díaz

Semanario Proceso

México, D.F. 2009.



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