1.10
Una ventaja de no tener unos parpados que cerrar, es que resulta menos probable el ser de pronto asaltado por recuerdos, anioranzas y nostalgias trasnochadas que aparecen al unisono convocados por la oscuridad momentanea que proporcionan los parpados al cerrarse.
Ninguna de tales situaciones son indeseables, solo habra que hallar el punto en que la presencia de cualquiera de ellas, no resulte innecesaria.
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